La incertidumbre comienza cuando se tiene una sospecha y se está a la espera del resultado. Es hasta que un médico dicta la temida sentencia: “Usted tiene cáncer”, que inicia una carrera contra el tiempo. Una segunda opinión puede hacer más liviana tu carga.
Con el diagnóstico de cáncer viene un frenesí por encontrar el tratamiento y el médico adecuados. Ahí comienza la batalla y a lo largo de esta habrá decenas de encrucijadas antes de tomar la mejor decisión, ¿es momento de buscar una segunda opinión?
En el camino aparecen múltiples opciones, algunas parecen diametralmente opuestas a otras y hasta peligrosas. Cada paso del proceso genera ansiedad, confusión y temor: elegir el tipo de biopsia más conveniente, si vale la pena o no invertir en estudios genéticos y qué hay de participar en ensayos clínicos.
También aparecen las opciones de extirpar una parte sana del cuerpo para anticiparse al cáncer, practicar una cirugía, darle el "sí" al tratamiento con quimioterapia y continuar o no con la medicación en función a los efectos secundarios. Se manifiesta el estrés y la necesidad de una segunda opinión.
Y es que cuando las emociones se desbordan, dan lugar a las malas decisiones, originando así un impacto negativo permanente en la calidad de vida y, en el peor de los casos, poniéndola en riesgo.
¿Por qué consultar a otros médicos?
Contar con una segunda opinión médica reduce las posibilidades de equivocarse. Si cuentas con información de calidad, tienes un panorama amplio de la situación. Racionalizas las emociones y escoges un buen camino.
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Los pacientes tienen derecho a hacer el mayor esfuerzo para salvarse, a contar con oportunidades que lo permitan. La vida en juego es la del paciente, por tanto, este tiene derecho a llevar un rol protagónico en las decisiones en relación con su tratamiento.
Anteriormente, solicitar una segunda opinión se limitaba a acudir a una nueva cita con algún médico recomendado por un familiar o amigo. Esto ha cambiado, ahora existe una plataforma que alberga a las mentes científicas más brillantes en oncología médica, quirúrgica y especializada en tratamientos de cirugía, radiación o quimioterapia.
Se trata de una opción para que el paciente, desde cualquier lugar del país y a un precio razonable, escuche no a un médico, sino a un equipo de expertos en distintas disciplinas relacionadas al cáncer que se padece.
¿Cómo acceder a una Segunda Opinión?
Los médicos aliados a Segunda Opinión, están afiliados a instituciones como el Instituto Nacional de Cancerología, Hospital Español, Centro Médico ABC, Hospital Ángeles y la Universidad Nacional Autónoma de México, entre otras.
Los pacientes, en cuestión de tres a cinco días, recibirán un reporte de resultados con el diagnóstico, recomendaciones y respuestas a las preguntas que hayan hecho llegar al panel de expertos, así pueden tomar decisiones mucho más atinadas.
Tener una segunda opinión puede hacer la diferencia. Y es que, en la medida en que un paciente pone su vida en manos expertas y recibe un acompañamiento profesional, puede tomar cierto control para que esta nueva carga sea mucho más liviana.