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Aunque en el sector salud cada vez es más importante priorizar una asistencia médica asequible y de calidad superior para todos, aún estamos muy lejos. Se sabe que 3,500 millones de personas en todo el mundo, es decir, la mitad de toda la población, siguen sin recibir la asistencia sanitaria que necesitan. Además, 800 millones de personas tienen que gastar más del 10% de su presupuesto familiar en facturas médicas propias, de un hijo enfermo o de cualquier miembro de la familia, lo que empuja a 100 millones de ellas a la pobreza extrema.
Lamentablemente, las diferencias en el acceso a una atención sanitaria digna no sólo son notorias en los países en desarrollo de renta baja y media, sino también en los países industrializados, donde las oportunidades económicas están determinadas por su estatus social.
Es como una lotería; los factores sociales de la salud repercuten tanto en la población rural como en la urbana. Es desalentador cómo, incluso en los países más ricos, el lugar de nacimiento influye significativamente en el acceso a la atención médica universal. Además, el lugar de nacimiento define la calidad del estilo de vida, la nutrición y el nivel de acceso a servicios sanitarios, lo que se traduce en una menor esperanza de vida para quienes viven en zonas que no reciben una atención adecuada.
Esto nos habla de lo segmentado y poco equitativo que es el sistema sanitario actual, donde las diferencias entre clases sociales van en aumento. La cobertura sanitaria universal se lleva debatiendo desde hace años, aunque no se ha avanzado mucho, lo cierto es que es un tema complejo y polifacético, pero también es un área de oportunidades, en la que un enfoque multilateral combinado con las tecnologías digitales puede facilitar la transformación sostenible de los servicios de tratamiento de primera calidad.
En Eva, vemos esto como una oportunidad de colaboración y crecimiento a largo plazo que se coordina con nuestro propósito de mejorar vidas; una situación beneficiosa para todos, especialmente para la sociedad a la que servimos, donde podemos aportar valor a todos los socios; estando también atentos a actuar correctamente en lo que respecta a la rentabilidad y solidez de los servicios que ofrecemos.
Sin embargo, no podemos lograrlo solos, necesitamos colaborar junto con organizaciones, gobiernos y redes de clientes en modelos de negocio mutuamente beneficiosos y asociaciones robustas y progresistas.
La revolución en la salud de la colaboración virtual
Es esencial incorporar sistemas y servicios sanitarios digitales para mejorar la calidad y coherencia de los servicios sanitarios en los países en desarrollo. La falta de infraestructuras (falta de energía, zonas remotas, problemas de seguridad) puede ser un obstáculo imposible de superar para unos pocos elegidos. En muchos casos, la población depende de ONG y donaciones para cubrir ciertas necesidades sanitarias, y existe una grave carencia de capacidades y tecnologías esenciales como enfermería, medicación, historiales médicos digitales y pruebas de ultrasonidos.
La colaboración virtual ha revolucionado la forma en que las personas acceden a la atención médica. La tecnología digital está mejorando la eficiencia y la eficacia de los sistemas de salud, permitiendo una atención más accesible y asequible para una población más amplia. De acuerdo con un artículo de Philips, estos son algunos de los mejores ejemplos de cómo la colaboración virtual puede mejorar el acceso a la atención médica:
- Telemedicina: La telemedicina permite a los pacientes recibir atención médica a distancia, utilizando tecnologías como videoconferencia o chat. Esto es especialmente útil para personas en zonas rurales o remotas que no tienen acceso fácil a un centro médico.
- Consultas remotas: La colaboración virtual también permite que los médicos colaboren con colegas en diferentes partes del mundo para proporcionar una segunda opinión en casos complejos. Esto puede ser de gran ayuda para pacientes que no tienen acceso a especialistas en su área.
- Formación de médicos: La colaboración virtual también puede utilizarse para formar a médicos y otros profesionales de la salud en todo el mundo. Esto permite que los profesionales en países en desarrollo accedan a la misma calidad de formación que sus colegas en países más avanzados.
En conclusión, la colaboración virtual es una herramienta valiosa para mejorar el acceso a la atención médica a nivel mundial. Con tecnologías como la telemedicina, las consultas remotas y la formación de médicos, la colaboración virtual puede ayudar a garantizar que más personas tengan acceso a la atención médica de calidad que necesitan.
